martes, 14 de diciembre de 2010

El cine y José Emilio Pacheco


El paso de José Emilio Pacheco por el cine ha sido breve, pero coincide con el resurgimiento del séptimo arte afines de los sesenta.

“A Pacheco le toca el momento justo en que la propia industria mexicana pide a gritos un nuevo estilo de hacer películas, una nueva manera de pensarlas”, dice en entrevista José Antonio Valdés, investigador de Cineteca Nacional.

El crítico cinematográfico recuerda que la entrada del autor de El reposo del fuego a la industria se dio formalmente a través de los noticieros de cine de la época. Pacheco ya contaba con una sólida formación cinematográfica, adquirida en los programas dobles de Cinelandia, un viejo cine ubicado en la calle de San Juan de Letrán al que acudía desde niño.

“Es don Manuel Barbachano Ponce quien le da el encargo de hacer la redacción editorial de Cine Verdad, una serie de noticieros para el cine, fue de esta manera que Pacheco se queda como redactor y entra de lleno a la industria”, explica el especialista.

Resultado de esta colaboración, Pacheco traba amistad con el grupo que surge a raíz del Primer Concurso Experimental de Cine, cuyos representantes más sobresalientes fueron los directores Alberto Isaac y Arturo Ripstein, con quienes el narrador colaboraría en la escritura de guiones, adaptaciones cinematográficas e inspiración de cintas.

“En el Primer Concurso Experimental (1965) se presentaron dos adaptaciones basadas en sus cuentos: Viento distante, de Manuel Michel, y En el parque hondo, de Salomón Láiter”, precisa el especialista cinematográfico.

La otra inspiración de José Emilio para la pantalla grande será su reconocida novela Las batallas en el desierto, con el nombre de Mariana, Mariana(1987), adaptación hecha por otro reconocido escritor y periodista, don Vicente Leñero, y filmada por su amigo Alberto Isaac, aunque originalmente la iba a dirigir José "El burro" Estrada.

"Los derechos de la novela los compró el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) a través de Alberto Isaac, y se decidió que la haría Pepe Estrada, pero lamentablemente El burro murió unos días antes de que se empezara a filmar la película y Alberto tuvo que hacerse cargo de la cinta".

En cuanto a guiones, Valdés puntualiza que el primero hecho por José Emilio se dio de la mano de Arturo Ripstein, con “El castillo de la pureza” (1972)

“José Emilio empieza hacer los guiones de algunas de las primeras películas importantes de Arturo Ripstein, como El castillo de la pureza, El Santo oficio y Fox trot; además de colaborar de alguna forma en el guión de El lugar sin límites, que lo había empezado hacer otro reconocido escritor, Manuel Puig, basada en una novela de José Donoso, pero que Pacheco es el encargado de mexicanizar”, apunta el especialista.

Un dato curioso es que al final de El lugar sin límites, la película aparece dedicada a José Emilio y Cristina Pacheco.

“Otra cinta donde se agradece su colaboración es en Cadena perpetua (1979), también de Ripstein, y en un documental sobre Lecumberri, donde comparte créditos con el propio director y el crítico Tomás Pérez Turrent”, señala.

“Realmente es muy poco el tiempo de José Emilio en el cine, pero deja películas muy padres como El castillo de la pureza, una cinta terrible sobre la locura, el encierro y la familia; tanto esta película como El santo oficio, se basan en casos reales, y dejan ver a un guionista cuidadoso de las historias, que ensaya muchos de sus propios temas como la muerte, la futilidad del esfuerzo humano y la desesperanza”.

Valdés intuye que el alejamiento de Pacheco con el cine se debió a que una adaptación suya no prosperó.

“No se puedo hacer una adaptación que él hizo de El obsceno pájaro de la noche, una novela de José Donoso que iba a filmar Archibaldo Bourns, en 1973, como que de alguna manera Pacheco se desentiende de la labor de cine".


Fotograma de Mariana, Mariana (1987), cinta de Alberto Isaac basada en la novela Las batallas en el desierto, de José Emilio Pacheco.


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