martes, 25 de octubre de 2011

Historias mínimas


Si tuviera que contar todo bien, la historia estaría plagada de puntos suspensivos...

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Seré plan B.

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Enamorarse y no saber de quién.

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El cerebro envejece más lentamente que la piel.

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A veces Cupido bate sus alas sin hacer tanto ruido.

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Buscaba mal: tocando un cuerpo creía por fin haber encontrado el amor.

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Un cuerpo que no tiene rostro pero que apela lo mismo a la inocencia.

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Conté trece pasos para llegar al altar en esa pequeña ermita.


DEDICATORIA
Estos breves textos están dedicados a mi eterna amiga Magdalena Fuentes, por los viejos tiempos de la facu, de la calle Petén, de la Cineteca Nacional, de dos noches en distintos años -una en casa de sus padres para recibir el Año nuevo y otra en casa de Feli y Kari para la Navidad-, de las partidas de brisca y del vinito y de su tortuga y de todo lo que ha significado para mí contar con su cariño y consejos en los buenos y los malos tiempos, como debe ser una auténtica amistad.

AGRADECIMIENTOS
La imagen del dibujo pertenece a la artista Sara Emilia Medina Ramírez, a quien agradezco la gentileza de permitirme compartir su trabajo con mis textos.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Mar

El mar esconde secretos
en el fondo de sí mismo:
son deseos ahogados
naufragios de amores indiferentes
restos de vidas hinchadas

Parece la furia de su cuerpo
la rabia de una bestia incontenible
Pero el mar por dentro es tibio
y abraza sin asfixiar


El mar es cómplice:
levanta entre sus olas
el ánimo de los pesados
mientras un niño olvida su sombra
entre los laberintos de un caracol.

Cuando nocturna ráfaga de luz
acaricia su piel vidriosa y húmeda
el mar no para y acrecienta
su voluptuosa entrega.

Su grandeza radica en su indiferencia.
Es tierra firme de los fugitivos.

Obsequio

El mejor regalo que recibió el día de su boda fue un juego de cuchillos de hojas de acero de distintos tamaños, perfectamente afilados. De eso se dio cuenta más tarde.