lunes, 22 de noviembre de 2010

Los desastres de la inundación: Rogelio Urrusti



Cuando el taller artístico de Rogelio "Urrusti" Chávez Maceda comenzó a inundarse por el desbordamiento veloz del río Grijalba --que atraviesa Villahermosa, capital de la provincia mexicana de Tabasco--, el pintor apenas si alcanzó a rescatar algunas herramientas de trabajo; los pinceles, sus pinturas en proceso y bastidores, se perdieron. "Nunca pensé que se trataba de una catástrofe de tal magnitud".
Sólo unos cuantos frascos de pintura fueron salvados de la tragedia a principios de noviembre de 2007, suficientes para transformar la amarga experiencia en 48 impactantes acuarelas. “La catástrofe sí la sentí, más que nada por la condición humana, porque pude ver cómo venían las familias desde el puente de Gaviotas, cómo las atravesaban de este lado y las lanchas resultaban insuficientes, eso me dio la oportunidad de observar y hacer una crónica gráfica que sentí en ese momento, para sacar todo lo que estaba viendo”, repasa el pintor, oriundo de Ciudad Mendoza, Veracruz (1962).
Las acuarelas están hecha a una sola tinta, en un color violeta que al diluirse un poco en agua se vuelve azul, tono que según el maestro del CEIBA, “consigue dar la misma nostalgia o tristeza del agua”.
Los trabajos en papel fabriano de 21 por 28 centímetros son un recuento minucioso de esos días de emergencia, una especie de ‘Los desastres’ de Goya, con un estilo marcadamente expresionista, donde los rostros colectivos reflejan la fragilidad humana.
Seres que se funden en una masa anónima y heróica que lucha contra el tiempo y la naturaleza, acarreando costales, huyendo de la creciente, vencida pero no quebrada, que hace un alto entre los escombros para pensar su tragedia.
No es la primera vez que Rogelio se cruza con una catástrofe que corta de tajo la normalidad: en Nicaragua le tocó vivir una revuelta social (país en que el amor lo obligó a casarse con la bendición del padre poeta, Ernesto Cardenal), y en Ciudad de México, sentir moverse el suelo bajo sus pies, en el gran terremoto de 1985.
“Aquí me dediqué a andar en los albergues, ayudando en las costaleras, trabajando en el centro, con los soldados, comiendo con ellos; en algún momento pensé en irme a Veracruz, de donde soy originario, pero no me fui, yo ya también soy tabasqueño y tenía que estar acá, apoyando”, cuenta el también autor del libro de poemas ‘El blues de la esquina’, publicado por la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Entre la zozobra de esos días, el artista y cartonista político de diarios y revistas locales siempre encontraba un tiempo donde sacar los pinceles y con un poco del agua estancada, trazar escenas de la gran inundación.
Con el estilo arbitrario que lo caracteriza, de pulso libre centrado más en lo expresivo que en la perfecta figura, va de lo colectivo de la tragedia a lo individual, en cuyos ojos o bocas agrandadas se traduce el azoro y la incredulidad por lo ocurrido.
“En mis acuarelas no aparecen caras, sino expresiones corporales; no tienen detalles finos, sino que son pinceladas, se trata del resultado de la vivencia de un pintor durante esos días de la tragedia, la mayoría es de gente que va caminando, que está en el agua, madres sobre los techos o que son rescatadas en lanchas”, detalla el también apasionado de la armónica y el jazz.
Los desastres de la inundación fueron exhibidos por primera vez en Méndoza, Veracruz, y posteriormente en las galerías de Villahermosa, antes de que su autor vendiera casi completa la serie a algunos políticos locales señalados culpables por omisión del problema.
"Yo no pinto para una elite, retrato lo que está alrededor mío, lo que vivo, no invento nada, hice este trabajo cuando hallaba un espacio seco y un momento de descanso, la tinta incluso la diluía con el agua de la inundación, las acuarelas son el resultado de lo que, como tabasqueño veracruzano, me tocó vivir”, concluye.

martes, 16 de noviembre de 2010

Me dediqué al periodismo porque no sabía hacer de padrote: Ignacio Trejo


Su sobresaliente estatura, lo hace parecer un muchacho de básquetbol. Es el veterano periodista Ignacio Trejo, que ha entrevistado a casi todos los personajes literarios de la segunda mitad del siglo XX mexicano. Sin fanfarronear, calcula que si juntara todas las entrevistas publicadas, “desde que entró al periodismo con el pie derecho, llenaría unos ocho volúmenes".

Nació en Pachuca, Hidalgo, pero tuvo que emigrar a la Ciudad de México en los años de estudiante porque no existía en su pueblo la carrera de ciencias de la comunicación.

En las aulas la fortuna le puso como maestros a escritores y periodistas compulsivos como Gustavo Sáinz, Alberto Dalhal y Miguel Angel Granados Chapa. Desde esa época no ha parado también de escribir semanalmente para algún diario. “Aun cuando estoy en el extranjero”, acota con orgullo.

Reconoce, no obstante, que su mejor escuela para redactar fue la 'Semana de Bellas Artes', un suplemento con tiraje de 300 mil ejemplares que se encartaba en los periódicos en la década del setenta.

“Lo dirigía Gustavo Sáinz, que nos dejó hacer muchas cosas, muchos atrevimientos de jóvenes. Bajo su vigilancia, yo y otros, como Emiliano Pérez Cruz y Arturo Trejo Villafuerte, aprendimos mucho de periodismo y literatura”, revive el autor de una docena de libros, entre los que se encuentran novelas, cuentos, ensayos, crónicas y entrevistas.

Para el autor de las fabulosas 'Crónicas romanas', un libro que ha sido reeditado muchas veces y que retrata la vida de la antigua colonia porfirista Roma en los desastrosos años ochenta, no hay frontera entre literatura y periodismo.

“Yo no veo la diferencia, para mí son lo mismo, sólo que, para decir un símil que puede sonar tonto, la literatura de ficción tiene más tiempo para peinarse, para arreglarse, y el periodismo diario no, tiene que salir como está”.


Las autoentrevistas

Su libro más reciente, 'Autoentrevistas con escritores mexicanos' (Conaculta, 2007), a la limón con Iztel Córdero, cede las preguntas que por años él hizo a poetas y narradores en El Nacional, Unomásuno y Siempre, para que sean ellos los que ahora se cuestionen.

“Por fortuna aceptaron 15 escritores, que respondieron al llamado nuestro, creo que salió un ejercicio divertido sobre todo porque la autoentrevista es un género poco frecuentado en México”.

En esta primera entrega, que no hubiera sido posible si Trejo no contara con la amistad de los poetas y narradores, participan Rubén Bonifaz Nuño, José de la Colina, Ignacio Solares, Fernando del Paso, José Agustín y Emmanuel Carballo.

“Muchos de los que aceptaron autoentrevistarse, tardaron en entregar por razones de enfermedad, trabajo y viajes, entonces decidimos armar un segundo volumen con los que no entraron; de los que recuerdo, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, Carlos Monsiváis, Guillermo Fernández y Francisco Hernández, se comprometieron a entrarle a la segunda ronda”.

El también maestro en la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM revela una anécdota macabra en torno a las 'Autoentrevistas':

El primero en ser invitado fue Carlos Fuentes, a quien le pareció “muy buena la idea”, pero el reconocido novelista tuvo un problema de salud y “ya no consideramos oportuno molestarlo”.

Lo mismo pasó con otros escritores que por razones de fuerza mayor ya no entraron: Salvador Elizando estaba trabajando en su texto y murió; el poeta Francisco Cervantes, lo mismo; el novelista Severino Salazar también se murió.

Entre los logros que su memoria atesora está el de haber entrevistado a José Emilio Pacheco, claro, cuando éste no daba entrevistas, y haber publicado una extensísima con Fernando del Paso, “cuando vivía en Inglaterra y en México no se conocía su novela Palinuro de México: salió muy completa porque era informativa, analítica y anecdótica”.

Es inevitable preguntar al cazador de personajes si no se ha visto tentado a realizarse una autoentrevista.

“Ya me la hice para un programa de TV UNAM, me dijeron ¿por qué no te haces una autoentrevista en dos minutos?, yo les dije: ¡me la hago en un minuto! Salí a cuadro y dije: ¿por qué me dediqué al periodismo y la literatura? Porque no sabía cómo hacerle para ser padrote”.


miércoles, 10 de noviembre de 2010

Morralla


Poesía


Llamar a las rosas

por su nombre


A tenderse

a las consecuencias


Ir hasta el fondo

de las mozas


Perderse de vista

con pasos de ciego


Pues, sí, ¡ah!


Depiezacabeza


-La estimo mucho

-...

-Lastimo mucho

-...

-Las timo mucho

-...


El pozo


Ojo maligno

o garganta infernal

el pozo ancestral



Viento


Pájaro inquieto

saltando en cada rama

paso del viento


Rocambolesca

Y si no hubiera puentes, ¿existirían abismos?


(Pintura acrílica de Bettina Alcántara, Bestiario, 2009. Tomado del blog arte correo.)



lunes, 1 de noviembre de 2010

Las tres calaveras


Las protestas lo enterraron

en infrahumanas mazmorras

los rojillos como zorras

a Lui Xiabó amenazaron


Los noruegos no cesaron

en pedir su liberación

por eso le otorgaron

el Nobel y un medallón


No pudo ir a Estocolmo

No se sabe dónde murió

Todos dicen ser, ¡el colmo!,

como el chino Xiabó.



Lui Xiabo (1955-). Ganador del premio Nobel de la Paz 2010. Por su activismo a favor de los derechos humanos está recluido ilegalmente en una cárcel china. Es difícil que acuda a la ceremonia de entrega de los galardones en Oslo.




Quiso morir a balazos

por causa de una querida

la flaca tendió sus lazos

neumonía fue la herida


Tenía fama de galante

por sus versos primorosos

de ahora en adelante

son Palabras en reposo


En el Fondo ya lo lloran

no hay quien llene el páramo

enfrentó al Pedro Páramo

gran loor todos le oran



Alí Chumacero (1918-2010). Poeta, autor de Palabras en reposo; era enomaradizo y anhelaba morir a balazos por causa de algún amor, pero falleció este año de neumonía, a los 92 años de edad. Se dice que corrigió la novela Pedro Páramo.




Hoy toca, imploró la parca

al dramaturgo Dehesa

Gaceta del Angel empaca

checaré como vos besas


Germán intentó asustarla

con su camiseta Puma,

"Ese equipo no hace espuma

ni los pronósticos marca.


Donde vamos hay fandango

también un Defe monstruoso

no te faltarán los mangos

ni los dardos puntillosos".


Germán Dehesa (1944-1910). Dramaturgo, periodista, promotor cultural. Durante años escribió su Gaceta del Angel. Es muy conocida su afición por los pumas, su gusto por el fandango y la Ciudad de México.


Imagen: Grabado de José Guadalupe Posadas, El purgatorio artístico, donde hace una critica mordaz a la sociedad que no valora a sus artistas.