martes, 15 de febrero de 2011

Dedicatorias cruzadas: Pellicer y Torri


De los pocos ejemplares de “Camino” que editó Carlos Pellicer en París, uno de estos se conserva en lo que fue la biblioteca personal de Julio Torri.

El pequeño volumen de apenas 72 páginas testimonia la muestra de afecto y simpatía que habría entre estos dos escritores, a lo largo de muchos años, entre viajes, aulas y despedidas.

Camino fue obsequiado por el tabasqueño al coahuilense con una breve dedicatoria que indica que al momento de escribirla el primero todavía estaba en la llamada Ciudad Luz.

Faltaban pocas semanas para que Pellicer abandora la ciudad en la que había permanecido durante cinco intermitentes años, de 1925 a 1929.

En el poemario, que ha sido definido por Gabriel Zaid como uno de “los dos mejores libros” de Pellicer, se puede leer en su primera hoja, con una letra menuda y cuidada: “A Julio Torri, cariñosamente. Carlos. París,1929, agosto”.

Por la fecha -1929- se deduce también que el libro de cinco pliegos y con letras azul rey en la portada no tenía muchos meses de haber salido de la imprenta, que según el colofón era la calle 9 Rue Hallé, en París, adonde estaba el taller de Ediciones Estrella.

“Claro que sí había amistad entre ellos”, confirma el pintor Carlos Pellicer López, sobrino del poeta tabaquero. Evoca incluso otra fecha anterior al 29, la de 1922, cuando su tío hizo un viaje por Sudámerica junto al autor de “Ensayos y poemas” (1917). En aquel viaje, Pellicer ya había estado en Colombia y Venezuela, pero don Julio apenas era su primera salida.

“José Vasconcelos llevaba la representación del gobierno mexicano a unos festejos, en Río de Janeiro, Brasil. Entonces hicieron un viaje en el vapor 'Coahuila', propiedad de la armada mexicana, se embarcaron por Veracruz y llegaron a Río de Janiero.

“Allí develaron una estatua de Cuauhtémoc, que era el regalo de México al gobierno brasileño. Vasconcelos llevaba como acompañantes a Roberto Montenegro, Julio Torri y mi tío. Evidentemente ya se conocían y tuvieron buena relación”.

Después de ese viaje y antes del libro de París, Pellicer dedica una canción de “6,7 poemas” (1924) al cohauilense.


De Torrri a Pellicer


Aunque el archivo pelliceriano bajo custodia de la Universidad Nacional Autónoma de México no cuenta con “una correspondencia significativa entre Pellicer y Torrri”, sí contiene varias dedicatorias cruzadas de afecto entre sus libros, señala el sobrino del poeta.

“Habrá un par de cartas cuando mucho, pero yo no recuerdo que esta correspondencia haya sido muy nutrida, en parte también porque no fue uno de los amigos íntimos de mi tío”.

En el archivo que cataloga la UNAM existen dos libros dedicados por Torri a don Carlos que testimonian la duración del trato cordial que hubo entre ambos, cuyo origen se remonta hasta la época del Ateneo de la Juventud.

El primero es una reedición de 1939 de “Ensayos y poemas”, a cargo de la Editorial Porrúa. Torri escribió escuetamente: “A Carlitos Pelllicer con mucho afecto, Julio”.

La segunda que se conserva, más elocuente, está estampada en un ejemplar “De fusilamientos”, editado por la Casa de España en México. Torri escribe en la página siete: “A Carlos Pelllicer, campeón de aristofánicas batallas, en el mercado de San Cosme con gran admiración por sus nuevas actividades, Julio. Junio de un año inolvidable, 1940”.

Esta dedicatoria alude al sitio donde los dos escritores coincidieron como maestros. “Torri cita el mercado de San Cosme, que estaba enfrente de la Secundaria Cuatro y donde mi tío y él fueron maestros. Aristófanes es el padre de la Comedia griega, entonces probablemente estas batallas deben haber sido episodios jocos, de broma, de buenas puntadas que compartían ellos con sus alumnos y alumnas”, apunta el sobrino.

De acuerdo al también pintor “por la fecha de esta dedicatoria, podemos decir que la amistad continuaba hasta 1940, si tomamos en cuenta que la de mi tío a Torri fue hecha en 1929”.

Los dos escritores nunca imaginaron que el libro de Camino enviado por Pellicer a Torri, de París a Ciudad de México, acabaría siendo exhibido en la tierra del tabasqueño, en Villahermosa, como parte de la colección que el gobierno de Tabasco compró a los familiares del coahuilense.

El libro Camino terminó haciendo también su propio camino.

La falta de una correspondencia nutrida, supone el también pintor, “muy probablemente se deba a que se veían con mucha frecuencia en la Ciudad de México, y el tiempo en que ambos viajaban no les dio para escribirse”.



Este texto fue publicado en la sección cultural expresión, del diario Tabasco HOY, en su edición del 16 de febrero de 2009, fecha que coincide con un festival de homenaje en su tierra, pero que los organizadores se han encargado de adocenar.

El dibujo es cortesía de José Carlos Islas Coronel.

2 comentarios:

  1. Preciso y evocativo el texto sobre Pellicer y Torri, ambos excelentes creadores, y animadores de la vida cultural. Me da gusto leerte, amigo. Un cordial saludo de Antonio Solís

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  2. Gracias por sus palabras maestro Antonio. Un saludo afectuoso, esperando coincidir pronto en Villa.

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