miércoles, 6 de octubre de 2010

La crítica de cine se ha empobrecido: Leonardo García Tsao


Lo que más inquieta a Leonardo García Tsao (1954) en la actualidad es la falta de relevo generacional entre los veteranos críticos de cine y los noveles reseñistas.

A diferencia de su generación, que supo ver como maestros infalibles a críticos anteriores a ellos, como el escritor José de la Colina o el historiador Emilio García Riera, la actual camada padece de "analfabetismo cultural".

Recuerda que cuando empezó a escribir sus primera reseñas de películas en el diario unoamasuno, en 1997, admiraba tanto la formación enciclopédica de García Riera que no tuvo más remedio que imitar descaradamente su estilo.

“La crítica de cine se ha empobrecido, me parece que actualmente hay demasiada información y como que los jóvenes tienen demasiado a la mano todo y no hacen un esfuerzo. Yo creo que es necesario un poco más de disciplina en ese sentido".

Apunta, además, que hay un desconocimiento "no sólo de los clásicos, sino de todo en general, creo que hay mucho analfabetismo funcional”.

Entrevistado a propósito de la publicación de su libro de ensayos y críticas de cine 'El ojo y la navaja' (Editorial Punto de partida, 2008), García Tsao considera a la Cineteca Nacional, de la que fue director, "el cine club más grande del país".

Mordaz y profundo, en el texto "La muerte del cineclub", quien fuera director de cinética nacional define a la mayoría de los cines en México como "expendios de golosinas donde resulta que proyectan películas".

Hijo de un matrimonio que todas las tardes prefería llevarlo al cine, de un tío con una sala de proyección en Huayacocotla, Veracruz, y de una abuela que prefería cuidarlo entre butacas, era natural que se convirtiera en un cinemaniático -término que él mismo acuñó para distinguirse del cinéfilo- en referencia a su disposición para ver todo tipo de películas, desde las consideradas culturas hasta las meramente comerciales.

Actitud que puede comprobarse en "El ojo y la navaja" donde lo mismo habla de Silvestre Stallone que de Alfred Hitchcock, de Mad Max II que el Laberinto del Fauno, o de Indiana Jones que de Metrópolis.


--Al leer la sección dedicada al cine mexicano, pareciera que la cartelera nacional es buena. ¿No es engañoso eso?

Bueno, no tengo un promedio de bateo exacto, pero ninguna cinematografía tiene un porcentaje altísimo de buenas películas, desde el cine norteamericano hasta el europeo, la mayoría de lo que producen es cine chatarra, para un consumo masivo. Pero el cine mexicano tiene en proporción a lo que se hace bastante buen promedio. Las películas que están en el libro son las que personalmente me parecieron sobresalientes.


--En 'El ojo y la navaja' habla de los cine club, pero muy de pasada del IFAL (Instituto Francés de América Latina, que cuenta con dos cinematecas, una en Brasil y otra en México), ¿no fue esto un olvido?

No, el cine de la embajada francesa fue muy importante, lo que pasa que a mí me quedaba muy lejos, iba de vez en cuando, yo más bien asistía a los cine club universitarios, no sólo porque estudié en la UNAM sino porque siempre he vivido en el sur. Pero sí llegué a ir ahí, lo mismo que al cine club de Antropología, que me quedaba un poco más retirado que el IFAL.


--¿Le costó trabajo hacer la selección de reseñas y críticas?

Ya había habido un trabajo previo en una edición anterior, en este caso fue como quitar algunas, poner otras más nuevas y mantener una especie de estructura o coherencia temática de modo que las críticas, que no fueron pensadas para un libro, tuvieran una especie de continuidad.


--¿Por qué dejó fuera sus críticas sobre la ola francesa de cine?

De nuevo, no hay cabida para todo, he escrito de muchas películas francesas pero tenía que escoger las que a mí en lo personal me gustaban.


--¿Cómo ve la crítica de cine actual?

Creo que es un género que se ha empobrecido bastante en México, me parece que actualmente hay demasiada información, como que los jóvenes tienen demasiado a la mano todo y no hacen un esfuerzo, hace falta más disciplina en ese sentido. Además, hay un desconocimiento no sólo de los clásicos, sino de todo, creo que hay mucho analfabetismo funcional.

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